Por Pilar Richardson
Si el evento es por la mañana y en jardines tendrá habilitadas áreas recreativas y si es por la noche, consideren colocar una mesa, mejor en un salón separado, con canastillas llena de juegos y distracciones, será lo ideal. Sin requerir de un elevado presupuesto, pueden incluir: pequeñas cámaras fotográficas, juegos, legos, láminas para colorear, rompecabezas, manualidades, tabletas y golosinas!
A los padres. Los padres son los que mejor conocen a sus hijos, y saben de sus debilidades y fortalezas, cuanto mayores las debilidades, mayores serán las recomendaciones y la práctica. Son los padres finalmente los responsables del comportamiento de sus niños.
Desde luego, que lo que resulta placentero para unos puede desagradar a otros, hay novios que se oponen a invitar a niños a sus bodas, pero también hay aquellos que les parece un boda de fantasía y encanto cuando hay niños, después de todo las bodas son de familia. ¡Que nunca falten los niños!
Pilar Richardson es autora del libro Pequeña Dama, Pequeño Caballero
- Manual de Buenos Modales y Etiqueta Infantil.
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Cada vez más - y aunque no en gran medida-, en países como España, Francia, Inglaterra y EE.UU, las bodas sin menores se van imponiendo por decisión de los novios.
Los niños en una boda, suelen tener un comportamiento inadecuado por tres motivos: se cansan de estar sentados por horas, se aburren y tienen hambre. Y es que los niños, por naturaleza, tienen un nivel de atención mucho más corto que los adultos y en medio de ceremonias solemnes y largas fiestas, al final no disfrutan ni padres, hijos y peor los novios!
Los niños en una boda, suelen tener un comportamiento inadecuado por tres motivos: se cansan de estar sentados por horas, se aburren y tienen hambre. Y es que los niños, por naturaleza, tienen un nivel de atención mucho más corto que los adultos y en medio de ceremonias solemnes y largas fiestas, al final no disfrutan ni padres, hijos y peor los novios!
Sin embargo, vivimos en un mundo real e integral, no es conveniente separar a las familias a fin de no ser molestados, más bien, debemos encontrar armonía, como en todo. Si tus niños han sido invitados, es fundamental que empieces una buena comunicación y preparación con suficiente antelación.
Explícales lo que sucede en una boda, las partes que la componen: la ceremonia –sea civil o religiosa, o ambas, y la fiesta. Hazles entender qué esperas de ellos con relación a su comportamiento y que deberán permanecer sentados, en silencio y escuchar.
Para la ceremonia, es recomendable llevar un nuevo juego en el teléfono o un libro para colorear con sus respectivos crayones para pintar y tenerlos a mano, ¡para esos momentos cruciales!
Para la fiesta o celebración, es aconsejable tener en cuenta el lugar y duración aproximada del evento, para así controlar el horario y alimentación de sus hijos. Será muy efectivo llevarles un pequeño bocadillo o snack, pues a veces la comida no siempre es servida de inmediato.
En la mesa. Si los niños van a ocupar una mesa, también con anterioridad practiquen en familia los modales en la mesa y exprésenles sus claras expectativas. Los modales además incluyen que queden sentados en sus sillas y no correteen por las mesas o peor, debajo de las mismas, y menos arrastrar sillas o arrojar comida y utensilios. Asimismo, no descarten la idea de contratar una niñera o llevar –previo consentimiento de los novios- a la niñera o cuidadora de sus niños, así los padres podrán tomarse un respiro.
Vestimenta. A pesar que los niños lucen adorables en vestidos de fantasía y esmoquin -y zapatos de charol-, desafortunadamente a ellos no les gusta. Viste a tus niños cómodamente ya que seguramente estarán saltando y jugando por los suelos durante horas, los trajes aparatosos sólo molestan. Niños cómodos son niños felices.
Sin embargo, para acomodar tus gustos y que embellezcan las fotos, puedes llevar una tenida extra para después de la ceremonia.
Arreglos para los niños. Los novios que decidan invitar a menores, vean la forma de ofrecer, dentro de las instalaciones, un lugar separado con diversiones, distracciones, actividades y juegos para tener a los pequeños felices.
En la mesa. Si los niños van a ocupar una mesa, también con anterioridad practiquen en familia los modales en la mesa y exprésenles sus claras expectativas. Los modales además incluyen que queden sentados en sus sillas y no correteen por las mesas o peor, debajo de las mismas, y menos arrastrar sillas o arrojar comida y utensilios. Asimismo, no descarten la idea de contratar una niñera o llevar –previo consentimiento de los novios- a la niñera o cuidadora de sus niños, así los padres podrán tomarse un respiro.
Vestimenta. A pesar que los niños lucen adorables en vestidos de fantasía y esmoquin -y zapatos de charol-, desafortunadamente a ellos no les gusta. Viste a tus niños cómodamente ya que seguramente estarán saltando y jugando por los suelos durante horas, los trajes aparatosos sólo molestan. Niños cómodos son niños felices.
Sin embargo, para acomodar tus gustos y que embellezcan las fotos, puedes llevar una tenida extra para después de la ceremonia.
A los padres. Los padres son los que mejor conocen a sus hijos, y saben de sus debilidades y fortalezas, cuanto mayores las debilidades, mayores serán las recomendaciones y la práctica. Son los padres finalmente los responsables del comportamiento de sus niños.
Desde luego, que lo que resulta placentero para unos puede desagradar a otros, hay novios que se oponen a invitar a niños a sus bodas, pero también hay aquellos que les parece un boda de fantasía y encanto cuando hay niños, después de todo las bodas son de familia. ¡Que nunca falten los niños!
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